frente a la palabra que podría desidir nuestro futuro,
pasan miles de minutos meditando en un solo segundo,
si, no, tal vez, un periodo sumergido en la idiotez, un periodo sumergido en la iluminacion, y al final siempre llegamos a la peor desicion. El mundo es como una carta echada al azar,
podemos jugar todo y perder, o jugar nada y ganar, todo puede ser, y todo podría no ser,
segundo a segundo nos jugamos el futuro, nacidos para el azar, y muertos por el azar, ironía o no es parte de la esencia que cargamos desde antes de abrir los ojos por primera vez.
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